Todos nuestros vinos pasan un tiempo de crianza en barrica dependiendo del tipo de vino que se vaya a elaborar. Para ello es importante elegir bien la barrica y tener en cuenta las diferencias de cada una. Los tipos de roble que se suelen utilizar habitualmente son el roble americano, el roble francés y el roble europeo, proveniente de Europa del Este.

El roble americano procede de los Estados Unidos y es una de las especies que tiene un crecimiento más acelerado. Después de talarlo, la forma de corte que tiene es aserrado lo que hace que el tamaño del poro que tiene la madera sea más grande. Al tener el poro más grande, el intercambio de oxigeno que hace con el vino en la barrica es más rápido y potente.

El roble francés, por el contrario, tiene un crecimiento mucho más lento, de forma que normalmente cuando se les tala suelen ser arboles con más de cien años. El tipo de corte que tiene es hendido lo que hace que el poro sea más pequeño y, por lo tanto, el intercambio que va a hacer con el vino va a ser más sutil y delicado.

El roble europeo presenta características muy parecidas a las del roble francés.

Otro factor importante que se debe tener en cuenta es el tostado de la barrica. Cuando el tonelero fabrica la barrica coloca las duelas rectas unidas en el primer aro, sobre fuego para que se doblen y poder meter las cinchas. Cuanto más intenso sea el fuego, más rápido se comban las duelas pero menor es el tostado de la madera. Y al contrario, cuanto más suave es el fuego, más tardarán en combarse las duelas tostándose más la madera.

Existen tres tipos de tostado: ligero, medio y fuerte como puede apreciar en las duelas, aportando aromas a tostado, ahumado, tabaco, café y chocolate. En los tarros de aromas podrá apreciar las diferencias aromáticas derivadas de los tostados.

Las dos últimas duelas son defectuosas; la primera es una duela con bitartratos cristalizados, derivados del ácido tartárico que  tiene el vino, que han obstruido el poro debido al uso. En el segundo caso es una duela con ampollas producidas por un defecto de fabricación.

La crianza de un vino en barrica se puede hacer de tres maneras:

  • Haciendo un coupage o ensamblaje: en este caso se utilizan los dos tipos de roble, francés y americano, en distinta proporción dependiendo de lo que se quiera aportar al vino. Mezclando al final de la crianza el vino.
  • Una doble crianza: para la doble crianza vamos a hacer que el mismo vino pase un tiempo determinado en un tipo de roble y después en el otro tipo de roble.
  • Crianza única: se lleva a cabo cuando el vino pasa el tiempo que se determine en un solo tipo de roble.

Son los consejos reguladores de cada denominación los que establecen los tiempos mínimos que los vinos tienen que pasar tanto en barrica como en botella en función de la clasificación existente.