Emina ha conseguido el máximo reconocimiento en la segunda edición de los premios Soy Circular organizados por EFI Higiene. El concurso premia a empresas, entidades y centros educativos que apuesten por la Economía Circular y que incluyan las conocidas 7R: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar.
Efi Higiene es una empresa vallisoletana comprometida con la distribución eficiente de productos de limpieza, desinfección y EPIs que apuesta especialmente por la economía circular para favorecer la sostenibilidad con las empresas colaboradoras.
Dentro de la categoría de Organizaciones Circulares, EMINA se ha alzado con el primer premio por aunar tradición, innovación, sostenibilidad y calidad. En la imagen, Ana Diez, Gerente de EFI Higiene y Carlos Moro, presidente de Bodega Emina, sostienen el reconocimiento desde el huerto solar de Bodega EMINA, en Ribera del Duero.
Desde su nacimiento la empresa ha apostado por la tierra y la sostenibilidad construyendo instalaciones eco-eficientes, apostando por el uso de energías limpias y renovables y poniendo en marcha proyectos de investigación que permitan elaborar productos cada día más naturales y más respetuosos con el medio ambiente.
Además, EMINA cuenta con un plan de reducción de emisiones y huella de carbono, donde cabe destacar que EMINA fue la primera bodega española en obtener la certificación por AENOR en el cálculo de la Huella de carbono de sus productos, en concreto con EMINA Verdejo.
Cada día apostamos por la reducción de la huella hídrica agrícola y bodeguera y por la economía esférica, aprovechando coproductos. El concepto de Economía Esférica acuñado por Carlos Moro enlaza el aprovechamiento y valorización de coproductos no solo en un enfoque circular de la generación de productos de alto valor añadido a partir de los mismo, si no incluyendo una tercera dimensión en su aprovechamiento para la generación de energía que cierre otro círculo cruzado para abastecer energéticamente la producción inicial.
BODEGA EMINA
Emina Ribera del Duero se localiza en un edificio que se integra en el entorno rural con empleo de materiales de construcción autóctonos. Se emplean materias primas ‘de proximidad’, lo cual repercute en mejores eficiencias energéticas al minimizar el concepto del transporte: empleo de sarmientos de viñedos cercanos, aprovechamiento de barricas de la propia zona de crianza, aprovechamiento de orujos de uvas resultantes del proceso enológico, etc.
La instalación apuesta por las energías renovables y cuenta con placas fotovoltaicas tanto en la cubierta del parking como en el techo de la bodega con las que satisface con creces la necesidad energética de la bodega durante el día.